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Austrinus es el sitio de astronomía de Farid Char.
Este espacio fue inaugurado el 25/11/2000 y su nombre significa “austral” o “del sur”, en latín.

Este nombre sirve para identificar mejor el origen de sus contenidos, creados desde el hemisferio Sur: 23°39' S y 70°25' O (Antofagasta, Chile).

En astronomía, el nombre está presente en la constelación Piscis Austrinus.


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Desmitificación

¿Fin del mundo el 2012?

“El 2012 es el Apocalipsis predicho por los mayas…”

Hoy en día, uno de los temas que más fuertemente alimenta el (rentable) quehacer de especialistas en lo paranormal, es una supuesta profecía del Fin del Mundo establecida por la cultura maya, a la que incluso se intenta conectar con conocidos “amigos” del futuro: Nostradamus, I-Ching, Merlín, egipcios, etc. El 21 de diciembre de 2012 (también se cita 22 o 23), demarcaría el fin del calendario maya, y ya circulan muchas advertencias en Internet, libros y TV (¡incluso una película!) acerca de que “ahora sí” le espera algo a la Tierra. 2012 es el año, y su “aval” es una de las culturas más interesantes de la antigüedad. ¿Qué hay de cierto en esto?

La pseudociencia dice…

La cultura maya es una de las más misteriosas de la antigüedad, por sus avanzadísimos conocimientos. Fue este conocimiento el que les permitió formular sus 7 profecías, donde la última predice el fin de la Tierra, pues nos alinearemos con el centro de la galaxia; el Sol recibirá un rayo sincronizador desde el centro galáctico, que cambiará su polarización y generará una gigantesca llamarada radiante. Esta fecha demarca el fin del calendario maya y con ello nuestro apocalipsis final. Esta fecha es el 21 de diciembre de 2012.

La ciencia dice…

La cultura maya (III a.C. al XVI d.C) es tal vez la más estudiadas entre las situadas en el periodo precolombino. Ha despertado el interés de arqueólogos, antropólogos e incluso astrónomos, debido a la multitud de legados dejados a nivel social, cultural y de infraestructura, que en gran medida estuvieron influenciadas por su mitología, asociada a deidades plasmadas en los cuerpos celestes. Fue justamente esta influencia la que destacó a los mayas como ávidos astrónomos observacionales, ya que consideraban sagrado al cielo nocturno. Así, a pesar que no contaban con modernos instrumentos de medición y observación, los mayas fueron capaces de registrar  a simple vista y con gran precisión varios fenómenos. Entre otras cosas, determinaron los ciclos de Venus y la Luna, solsticios y equinoccios, eclipses, el movimiento retrógrado de Marte y formular un preciso sistema calendárico. Todo esto acompañado al desarrollo de las matemáticas, de base vigesimal, y que utilizaba el cero, unidad que en el Primer Mundo todavía no era descubierta.

Sobre la astronomía maya

A pesar que mucha gente se ha empeñado en atribuir cualidades sobrehumanas, mágicas y hasta ayudadas por extraterrestres para los logros astronómicos mayas, mi primera aclaración viene a cuenta de que todo lo conseguido por la cultura maya es perfectamente conseguible por el ser humano, y hasta cierto punto, comparable a otras culturas antiguas. Sin embargo, debe considerarse cómo fue posible esto:

1) Se requirieron observaciones de varios meses, únicamente para advertir cambios experimentados por los objetos celestes. Luego más meses y varios años, según lo observado, para determinar patrones cíclicos y repetitivos en el tiempo.

2) Todas las observaciones, al estar limitadas a la observación visual, se restringían a cuerpos celestes visibles a simple vista. Por ello los únicos registros observacionales provienen de la observación del Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, pero no más allá.

3) Los mayas tuvieron mucho tiempo libre, y un equipo completo de sacerdotes (la clase social habilitada para ejercer este rol de “astrónomos” en la sociedad maya) para establecer observaciones y corroborarlas.

4) Si bien los mayas no contaban con instrumentos astronómicos modernos, sí utilizaron instrumentos muy rudimentarios que sirvieron para propósitos de medición (ej. gnomon, tubos de zénit, cruz geométrica, etc.).

Cualquier astrónomo amateur puede dar fe de que sí es posible establecer inferencias sobre sucesos astronómicos, únicamente en base a observación y registro metódico. Si bien hoy contamos con más conocimiento y tecnologías (ej. telescopios) para establecer tales inferencias más rápido, la astronomía sin instrumentos modernos está bien fundamentada, por ejemplo, en esta excelente guía: “Astronomy without a telescope“. También puedes ver los siguientes artículos en mi web: Astronomía de día y Astronomía de noche.

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